La otra tarde quiso salir a dar un paseo, salió por la puerta y al instante se sintió agobiado, agobiado por todo el ruido y por el calor de la tarde madrileña y además porque a su alrededor había unos individuos que parecía que le habían fichado y que iban a por él. No se equivocaba, a los pocos segundos comenzaron a vacilarle, por un instante pensó en huir, pero entonces uno de ellos se acercó con algo punzante y se lo hundió en la espalda, intolerable, pensó él, yo no estoy haciendo nada y además de marearme me apuñalan!! así que intentó defenderse y comenzó a atacar, cada vez más agobiado y más mareado por el calor y por el dolor de lo que le habían clavado en la espalda. Cuando creía que ya no iba a soportar más dolor sintió una grandísima punzada dentro de él, cayó al suelo agonizando pero todavía no había llegado su hora, humillado y medio incosnciente, rodeado por sus asesinos levantó la cabeza pidiendo clemencia, pero uno de ellos le clavó la última, sección de la médula espinal a la altura del cuello, ellos pensaron que ya había muerto y se lo llevaron arrastrando.

Si cualquier día saliese algo así en un periódico todo el mundo se escandalizaría y dependiendo de dónde hubiese sido, saldría a la calle con más o menos cuidado y advertiría a sus hijos sobre los peligros de la calle. Pero como es lo que les ocurre a los toros (en la única tarde de grloria que pueden tener y ni siquiera porque el honor se lo lleva el ganadero) esos animales que nadie sabe muy bien para qué sirven, no pasa nada porque además nos divertimos de lo lindo gritando eso tan típico español "oleeee" y blandiendo pañuelos blancos para que corten orejas (pedazo premio) y además como es la Fiesta Nacional, conocida en el mundo entero, pues nos trae turistas, q nunca vienen mal.

Spain is diferent. Olé