Mundo Caracol

jueves, agosto 23, 2007

El otro día iba sentada en el metro y en una de las paradas se subió un hombre mayor con una bolsa de plástico en la mano, me pareció oportuno levantarme para dejarle el sitio, pero entonces el hombre, agradecido por el gesto, me gritó que no lo hiciera y que volviera a mi sitio, esto trajo como consecuencia que todo el mundo se enterase del episodio y un color rojo fresa a mi cara. Pero aún tuvo otra consecuencia, mucho más placentera, durante las 2 siguientes paradas tres personas se levantaron para ceder su sitio a personas mayores, pudo ser una casualidad, pero y si no? Si no, queda demostrado que cualquier acción, por pequeña que pueda parecer tiene sus consecuencias.
Hay estudios que demuestran cómo te pueden atracar en una parada de autobús repleta de gente y a plena luz del día sin que nadie haga nada (todo el mundo mira hacia cualquier otro lado fingiendo estar en otro mundo sin que eso repercuta en sus conciencias), en cambio todo cambia (o suele cambiar) cuando una persona no tolera esa situación y decide actuar, entonces la mayoría de la gente también decide actuar, sólo están esperando un empujoncito.
Y esto se traslada a cualquier situación...