Mundo Caracol

miércoles, septiembre 26, 2007

La Iglesia fuera de las universidades públicas

En la facultad de Psicología de la UCM tenemos una librería, pequeñita pero eficiente, si no tienen el libro que quieres te lo consiguen en pocos días, llevan 16 años prestando servicio a alumnos y profesores y puede que en octubre desaparezca, porque?
Todos los años la librería sale a concurso (como la cafetería y tantas otras cosas), supuestamente, en este tipo de cosas suele haber como un acuerdo no verbal en el que si tú no te piensas ir o no te va fatal yo no voy a pujar para quitarte el puesto, bien, pues como todos sabemos a la Iglesia le encanta estar en todas partes, y el dinero lo maneja “divinamente” y no podía perder la oportunidad de meterse también en la universidad pública. La librería en cuestión está ligada al Opus Dei y en su página web tiene como libro del mes una biografía del nuevo papa…
Como sabían que esto no iba a gustar ni a profesores ni a alumnos han querido hacer el cambio después de terminar los exámenes y antes de que comience el nuevo curso, los de Paradox han recurrido y tanto profesores como alumnos se han movilizado para que no nos puedan decir qué libros no debemos leer.

viernes, septiembre 21, 2007

Reencuentro

Sé que es repetido pero hoy me he reecontrado con él desde que hace meses lo dejé abandonado por los exámenes allá por el mes de Junio. Desde entonces ha estado esperando, soportando el peso de todos mis apuntes y demás y hoy, 21 de septiembre, hemos vuelto a tocarnos, mis dedos aún no andan todo lo ágiles que deberían pero poco a poco volverá a sonar como antes.


Os presento a mi piano, mi piano es de pared, marrón y tiene algunos golpes en las patas porque durante las mudanzas no tuvieron cuidado con él, pero no me importa. Al principio, recuerdo que no nos llevábamos bien, pero poco a poco hemos sabido entendernos y ahora, cuando alguna situación me pone nerviosa o necesito desconectar, acudo a él y lo toco, lo toco durante horas, hasta que me duelen los dedos. Él sabe mucho más de mí que cualquiera, y con sólo tocar una tecla ya sabe cómo me encuentro y, probablemente, lo que voy a tocar.
Mi piano también tiene un corazón, es ese pedal que está en el medio, y si lo piso, le duele, le duele como a todos y entonces, casi no suena, suena muy bajito porque el dolor no le deja hacerlo de otra manera, pero eso no pasa nunca, porque yo no quiero hacerle daño a mi piano.